El
declive de las abejas
Las abejas, también conocidas como las
polinizadoras,
tienen una gran importancia en nuestra alimentación y en la
biodiversidad, lo malo es que nuestras queridas polinizadoras se
están extinguiendo por culpa de la
pérdida de hábitats, la práctica de la agricultura
industrializada, el uso de plaguicidas y los impactos del cambio
climático.
El
informe “El declive de las abejas”
advierte que las poblaciones de abejas
disminuyeron en Europa un 25% entre 1985 y 2005.
Además,
se ha calculado que el valor
económico de la labor de polinización
de las abejas podría estar en torno a los 265.000 millones de euros
anuales en todo el mundo, 22.000 millones para Europa y más de 2.400
millones de euros para España, recientemente calculado por
Greenpeace en su informe “Alimentos
bajo amenaza”.
Como podéis
comprobar, incluso desde un punto de vista únicamente económico,
merece la pena proteger a las abejas.
Por
otra parte, si organizaciones como Greenpeace no consiguen parar este
declive, habría una gran pérdida de
productividad en la mayoría de cultivos
y la inviabilidad en otros (en Europa, por ejemplo, el 84% de 246
cultivos dependen de la polinización de las abejas)
En
España, Luis Pérez Ventosa, presidente de la Fundación Amigos de
las Abejas, señala que la situación
es “dramática”,
como ocurre en algunas comarcas de Galicia, donde las abejas casi han
desaparecido. Según Pérez, el problema puede ir a peor, “si bien
algunos medios sensacionalistas se pasan al relacionarlo con el fin
del mundo y cosas parecidas”.
El
apicultor Manuel Izquierdo nos dice: A las abejas hay que
escucharlas, saber lo que les gusta y lo que no. Los plaguicidas
están matando a muchas abejas. Este año estamos teniendo el
doble de muertes de abejas respecto
a otros años. La gente usa plaguicidas que tienen una gran toxicidad
y mucha persistencia, pudiendo durar años activos.
Así
se puede concluir que debemos parar este declive sea como sea, esta
situación es inconcebible.
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